La Palabra de Dios
Como era el día de la Preparación de la Pascua, los judíos no querían que los cuerpos quedaran en la cruz durante el sábado, pues aquel sábado era un día muy solemne. Pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas a los crucificados y retiraran los cuerpos. Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas de los dos que habían sido crucificados con Jesús. Pero al llegar a Jesús vieron que ya estaba muerto, y no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le abrió el costado con la lanza, y al instante salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio. Su testimonio es verdadero, y Aquél sabe que dice la verdad. Y da este testimonio para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: "No le quebrarán ni un solo hueso". Y en otro texto dice: "Contemplarán al que traspasaron."
Reflexiones sobre la lectura de hoy
ActiveDefault- Inesperadamente se nos lleva atrás, hacia el Viernes Santo, con el evangelio de hoy. Jesús ya está muerto. Advierte la ironía: para prepararse para la gran fiesta de pascua, los judíos querían remover el cuerpo del Señor. Ellos no sabían a quién tenían en medio de ellos.
- ¿Cómo entiendo la santidad? ¿Es para mí una materia de guardar las reglas y celebrar las fiestas? ¿O es sobre una persona, la persona de Jesús, y de mi relación con él? Enfrento estas preguntas tan honestamente como puedo y le pido a Jesús que me guíe hacia la verdad.
Reflexiones sobre la lectura de hoy
InactiveDefault- ¡Qué tarea tan pavorosa realizaron esos soldados cuando le quebraron las piernas a los criminales crucificados: una agonía final y una indignidad para los condenados!
- El cuerpo sin vida de Jesús fue traspasado, pero su cuerpo no sufrió otras desfiguraciones.
- ¿Por qué eso era importante para los primeros cristianos a quienes Juan les escribía?