La Quietud
Comienza por estar más inmóvil, más en silencio, más enfocada/o
- Mientras comenzamos este tiempo de reflexion y oración, comienza quedándote más inmóvil, más en silencio, más enfocada/o. Hay diferentes formas de hacer esto, y puedes ya tener una que más te acomoda; pero en cada sesión de este retiro usaremos diferentes ejercicios de quietud. Para hoy día, toma unos minutos para captar las sensaciones de diferentes partes de tu cuerpo. No importa si estás en una silla cómoda, acostada/o o caminando. Primero capta la sensación de tus pies, de los zapatos que los calzan o del suelo en que se apoyan. Puede ayudar que muevas tus dedos ¡ahora!
- Ahora sube a lo largo de tu cuerpo: desde tus piernas, tus caderas, tu torso, tus brazos y manos, hasta tu rostro y cabeza. Deja que las sensaciones de cada parte queden registradas en tu mente, y sólo avanza cuando eso suceda.
- Cuando llegues a tu cabeza, deja que tu atención vuelva a tus pies, y muévela lentamente a lo largo de todo tu cuerpo, una o dos veces.
Entonces, cuando estés lista/o, deja que tu atención descanse, en un punto cerca de tu centro. Es desde este centro donde ahora podrás escuchar el relato del encuentro de Marta con Jesús.
Escritura
Juan 11:1, 3-6, 17-27
Había un hombre enfermo llamado Lázaro, que era de Betania, el pueblo de María y de su hermana Marta.Las dos hermanas mandaron a decir a Jesús: «Señor, el que tú amas está enfermo».Al oírlo Jesús, dijo: «Esta enfermedad no terminará en muerte, sino que es para gloria de Dios, y el Hijo del Hombre será glorificado por ella».Jesús quería mucho a Marta, a su hermana y a Lázaro.Sin embargo, cuando se enteró de que Lázaro estaba enfermo, permaneció aún dos días más en el lugar donde se encontraba.
Cuando llegó Jesús, Lázaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro. Betania está a unos tres kilómetros de Jerusalén, y muchos judíos habían ido a la casa de Marta y de María para consolarlas por la muerte de su hermano. Apenas Marta supo que Jesús llegaba, salió a su encuentro, mientras María permanecía en casa. Marta dijo a Jesús: «Si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero aun así, yo sé que puedes pedir a Dios cualquier cosa, y Dios te lo concederá». Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará». Marta respondió: «Ya sé que será resucitado en la resurrección de los muertos, en el último día». Le dijo Jesús: «Yo soy la resurrección (y la vida). El que cree en mí, aunque muera, vivirá. El que vive, el que cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?» Ella contestó: «Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».Reflexión
¿Con qué palabras describirías tu experiencia con el amor de Dios por tí?
- Marta, María y Lázaro son de Betania, una aldea a poca distancia de Jerusalén. Su casa es un refugio para Jesús durante su ministerio. Él se siente acogido al llegar a esa casa y compatir la mesa, y ellos se sienten libres para llamar a Jesús cuando lo necesiten. ¿Te sientes confortable en la Presencia de Jesús?
- Este episodio es llamado “La Resurrección de Lázaro”. Más bien debería llamarse “La fe de Marta”, porque el relato trata de la conversación de Jesús con Marta, la que transforma el relato del milagro de Lázaro a un relato sobre la plenitud de la vida que es posible para todas y todos los que creen en Jesús. ¿Te puedes identificar con Marta? ¿Cómo?
- Jesús amaba a Marta, y a su hermana, y a Lázaro. Las hermanas le avisan que su hermano está enfermo; pero no le piden a Jesús que vaya o que lo sane, lo que revela la gran confianza que tienen en Jesús y en su amor. Dios nos ama en muchas y variadas formas – con misericordia, con sanaciones, con perdón e incondicionalmente, para nombrar algunas de ellas. ¿Con qué palabras describirías tu experiencia del amor de Dios hacia ti?
- Cuando Marta sabe que Jesús está llegando, sale y se dirige a encontrarlo. ¿Estás decidida/o a salir del lugar donde hoy estás y dirigirte donde está Jesús, durante este retiro?
Habla con Dios
Reflexiona sobre cualquier evento de tu vida que haya profundizado tu fe
- ¿En qué estaría pensando Marta, al ir a encontrarse con Jesús? Quizás recuerda lo que Él ha hecho por otras personas: La viuda de Naín, cuyo hijo lo volvió a la vida, o la hija de Jairo, que también estaba muerta y volvió a vivir gracias a Él. ¿Has visto a Dios trabajando poderosamente en la vida de otras personas? ¿Ha actuado Dios así en tu vida? ¿Piensas que Dios puede hacerlo de nuevo, o parece que se demora?
- Jesús le dice a Marta: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá, y el que vive y crea en mí, no morirá para siempre” ¿Qué sientes al escuchar estas palabras que confortan y sanan?
- Convencida, Marta declara su gran profesión de fe: “Sí, Señor, yo creo que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”.Hemos a menudo escuchado la profesión de fe de Pedro, contestando la pregunta de Jesús: “Quién dices tú que soy yo? Pero Marta alcanza el mismo grado de fe, y su confesión es igual de poderosa. Podrías tratar de escribir tu propia profesión de fe.
- Reflexiona en cualquier evento de tu vida, en el cual has profundizado tu fe. Al terminar esta sesión de oración, habla con el Señor. ¿Cómo completarías la frase: “Sí, Señor, yo creo…?”