• Quietud

    Toma unos momentos para que tu ser profundo encuentre quietud.

    Siempre ayuda cerrar los ojos y tomar unos momentos para que tu ser profundo encuentre quietud. Estás aquí para recibir una nueva Luz en tu vida. Ruega para ser capaz de contactar tus anhelos más profundos. Señor Jesucristo, dijiste que eras la Luz del mundo y nuestro "Camino, Verdad y Vida". Concédeme poder descubrir cómo acompañarte en esta jornada de Adviento que camina hacia una Nueva Luz, hacia Tí.

  • Escritura

    Mateo 2:10-11a

    ¡Qué alegría más grande: habían visto otra vez a la estrella!. Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.

  • Reflexión

    Dios nos hizo a cada una/o diferentes. Nadie, en toda la historia de la humanidad, tiene la misma personalidad y situación que ustedes tienen.
    • El relato evangélico de los Magos, que hemos estado meditando esta semana, ha motivado a numerosos artistas a lo largo de los siglos; el momento del relato que más los ha atraído es la presentación de los tres regalos: oro, incienso y mirra. Ha habido varias interpretacionres religiosas del significado de estos regalos. Por ejemplo, se ha sugerido que el oro significa realeza, el incienso divinidad y la mirra señala la Pasión de Jesús. Pero San Bernardo fué muy aterrizado: Los Magos encontraron una familia muy pobre que necesitaba dinero; el incienso podía desinfectar el establo, y la mirra era un remedio para el estómago de los bebés.

      Por supuesto, la costumbre del regalo de Navidad tiene aquí su origen; aunque con razón nos quejamos de la comercialización de esta fiesta religiosa, podemos esperar que el espíritu de generosidad sobreviva al consumismo. Pero hay dimensiones más profundas a meditar aquí. Cada uno de los Magos llevó un regalo diferente. ¿Qué hacen con lo que la vida les ha dado? ¿Cómo viven su libertad? ¿Cuál es el único regalo que han recibido y que sólo cada uno de ustedes puede traer a este mundo? Dios nos hizo a cada una/o diferentes. Nadie, en toda la historia de la humanidad, tiene la misma personalidad y situación que ustedes tienen. Vuestro llamado es de ustedes y sólo de ustedes. Y vuestro llamado es vivir vuestro particular regalo en vuestro propio entorno de vida.

      Además de la imágen de los Magos ofreciendo sus regalos, podemos encontrar otros momentos de la Escritura que nos invitan a orar por nuestros regalos y encontrar la valentía de vivirlos. Piensen en la parábola de los talentos, que es una invitación a vivir nuestra libertad en forma creativa, aprovechando nuestras oportunidades de crecer y de dar. “Muy bien, servidor bueno y honrado, ya que has sido fiel en lo poco, yo te voy a confiar mucho más.”(Mateo 25:21). Sin embargo, en la misma parábola encontramos una tercera persona que entierra su talento por temor, y que recibe una fuerte reprimenda por haber hecho nada. Obviamente la invitación es a despertar y aprovechar nuestras posibilidades de dar, a pesar de las inevitables dificultades.

      Los Magos “abrieron sus cofres de tesoros”. Quizás podemos recordar aquí la parábola de Jesús sobre el tesoro escondido (Mateo 13:44). Donde la tercera persona que enterró su talento por temor, la persona que descubre un tesoro en su campo, lo vuelve a enterrar: pero, feliz por el encuentro, con el objeto de adquirir ese campo. Aquí tenemos el contraste entre dos actitudes, frente al desafío de nuestra libertad: temor o gratitud. La ansiedad paralizante, frente a la confianza reconfortante. Conviene hacer una pausa y reflexionar, en oración, sobre vuestras posibles respuestas, reconociendo más los dones que tienen, que los que les faltan.
       

  • Habla con Dios

    Cualquier acto de bondad, por muy pequeño que sea, es una fuente de transformaciones.
    • Por supuesto que la vida continúa, y con la llegada de la adultez o la vejez, la mayoría nos damos cuenta de nuestra mayor pasividad. Algunos de los viejos dones están menos presentes, especialmente aquellos que dependen en la energía y la buena salud. Pero con la edad aparecen nuevos dones, como el disfrutar relajadamente de las personas que nos acompañan, o de una nueva clase de sabiduría. A pesar de, o incluso por nuestras limitaciones, nuestros dones pueden entregarnos nuevas facilidades para vivir. De hecho, en las pinturas que muestran a los Magos, siempre aparece uno tranquilo y con el cabello cano, junto a uno joven y lleno de energía, y un tercero de otra raza o cultura.
      Otros dos horizontes pueden profundizar y aumentar nuestras reflexiones sobre cómo vivir nuestros dones. San Pablo escribe: “Lo que somos es obra de Dios: hemos sido creados en Cristo Jesús con miras en las buenas obras.”(Efesios 2:10). De hecho, la palabra griega, a menudo traducida como “habilidad”, es  poiema, de la cual viene nuestra palabra poema; de ahí que la Biblia de Jerusalén prefiere la traducción “obra de arte”. En otras palabras, Dios nos está formando, todo el tiempo, para la bondad y la belleza. Podríamos adaptar la famosa oración “Dar y Recibir”: “Todo lo que tengo es tuyo. A vos lo retorno. Con tu amor y gracia, bendice mi vida. Con eso me basta”.

      Otra dimensión, al orar sobre nuestros dones, es recordar la gran escena del mundo y sus numerosos conflictos y necesidades. Cualquier acto de bondad, por muy pequeño que sea, es una fuente de transformaciones. Cuando oramos “Venga a nosotros tu Reino”, estamos pidiendo que nuestros esfuerzos sean parte de la gran obra de Dios de salvar al mundo del mal. Si todas/os vivieran los dones recibidos de Dios, nuestro planeta sería distinto.
       

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