• Quietud

    Toma unos momentos para que tu ser profundo encuentre quietud.

    Siempre ayuda cerrar los ojos y tomar unos momentos para que tu ser profundo encuentre quietud. Estás aquí para recibir una nueva Luz en tu vida. Ruega para ser capaz de contactar tus anhelos más profundos. Señor Jesucristo, dijiste que eras la Luz del mundo y nuestro "Camino, Verdad y Vida". Concédeme poder descubrir cómo acompañarte en esta jornada de Adviento que camina hacia una Nueva Luz, hacia Tí.

  • Escritura

    Mateo 2:11-12

    Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra. Luego se les avisó en sueños que no volvieran donde Herodes, así que regresaron a su país por otro camino.

     

  • Reflexión

    La fe necesita ser contraria a la cultura, no en el sentido de ser hostil a todo lo moderno, sino que de estar alerta a la oscuridad que a veces nos rodea
    • El relato de los Magos termina con un cambio de dirección. “Luego de ser advertidos en un sueño para que no volveran a ver a Herodes, ellos partieron a sus propios países por otro camino”. Bajo esta luz podemos reflexionar sobre dos temas finales de nuestro retiro. Dios nos rescata del mal, y cómo descubriendo a Cristo significa vivir en otra forma.
      Los sueños desempeñan un papel importante en la Biblia, y especialmente en el Evangelio de Mateo. Recuerden el sueño de San José, en el que se le dijo que se casara con María. Sin el mensaje de los sueños, los Magos habrían colaborado inocentemente con el plan asesino de Herodes. Las últimas dos palabras del relato también pueden tener un significado especial: “otro camino”. La palabra griega es “hodos”, y se transformó en un código secreto de los creyentes. En Los Hechos de los Apóstoles, varias veces se hace referencia  a los que “pertenecían al Camino” (Hechos 9:2). Estas palabras finales nos pueden recordar cómo la fe conlleva una forma diferente de vida.
      “Líbranos del mal”. La última petición del Padre Nuestro implica que podremos necesitar a menudo la guía y protección de Dios. Si la estrella dirigió a los Magos desde el exterior, los sueños los guían desde el interior de cada uno. Aunque no es explícito en el texto de Mateo, este sueño indica cómo el Espíritu actúa en nuestras vidas. Jesús, en la Última Cena, prometió enviar al otro Paráclito (literalmente un abogado defensor) para defendernos en los problemas y complejidades de la vida. Incluso después de su encuentro con el Niño Jesús, los Magos necesitaron una gracia mayor para librarlos del mal, de Herodes que les había parecido de confianza. ¿Qué son las apariencias, atractivas pero decepcionantes, las que debemos ver más allá de ellas? “Hasta de noche me instruye mi conciencia” (Salmo 15:7). Agradece por las veces que has sido salvada/o del peligro.
      En la tercera sesión de este retiro, “Peligro en el Camino”, mencionamos el don de discernir entre lo verdadero y lo falso. Esta tensión vuelve aquí en un sentido mayor. La fe incorpora un campo de batalla. El “mundo” del Evangelio de Juan, es tan amado por Dios que envía a su Hijo; pero el “mundo” es también una palabra negativa, un lugar de resistencia y rechazo a Dios. Por consiguiente, la fe necesita ser contraria a la cultura, no en el sentido de ser hostil a todo lo moderno, sino que de estar alerta a la oscuridad que a veces nos rodea. Trata de hacer esta reflexión personal, identificando, con la oración, las atractivas pero superficiales tendencias que observas a tu alrededor, y que pueden socavar tu vida cristiana.
  • Ser cristiana/o significa haber cambiado por el encuentro con Cristo
    • Esto nos lleva directamente al segundo tema de meditación de este capítulo. Ser cristiana/o significa haber cambiado por el encuentro con Cristo, y a menudo escoger el rechazar el estilo de vida dominante. Aunque la encíclica Laudato Si del Papa Francisco se enfoca en la crisis de nuestro frágil medio ambiente, él acentúa que este desafío está conectado en cómo nos vemos en este mundo. Si los humanos olvidamos la fe y nos colocamos en el centro, entonces lo que es conveniente se vuelve aceptable y “todo lo demás se vuelve relativo” (122). Una visión enclavada en Cristo nos pide “observar la realidad por otro camino” (114), exactamente la invitación de las últimas palabras del texto de los Magos. En éste espíritu, el Papa nos alienta a “un estilo de vida y una espiritualidad” que podría “generar resistencia” a muchas de las superficiales premisas de la cultura actual (111).
    • ¿Puede el horizonte de nuestras oraciones personales considerar desafíos sociales? ¿Puede llegar a ser el origen, no sólo de transformación individual, sino que una forma alternativa de actuar en este mundo? ¿Cómo puedes encarnar lo diferente que significa ser cristiana/o? Éstas no son preguntas fáciles de contestar; pero nuestro retiro necesita incluírlas en nuestras oraciones. Lo que Jesús a menudo llamó el Reino, implica una nueva visión de Dios y de la realidad. Toda religión genuina es sobre transformación; no sólo del ser, sino del herido mundo que nos rodea. Piensen en aquellos que permiteron que la urgencia del Evangelio los guiara a un valiente compromiso: el Bendito Oscar Romero no podía callar sobre los males que lo rodeaban, y por eso fue silenciado! Como a veces se dice, si te arrestaran por ser cristiana/o, ¿encontrarían evidencias que te acusaran?
    • ¿Cuál es la Magna Carta del nuevo Reino de Cristo? Seguramente el resúmen que más nos desafía a derrocar los valores mundanos, viene en las Bienaventuranzas. Aquí podríamos tener una autobiografía del Corazón de Jesús. Se pueden meditar lentamente, como invitaciones a una diaria conversión de tu corazón; pero no caigas en la trampa de hacerlas muy sobrenaturales. Sorprende que ellas sean verdaderas, incluso en esta vida. Seguramente seremos más felices si somos gentiles en vez de agresivos, si perdonamos en vez de ofendernos, si buscamos la paz y no la hostilidad.
    • T.S.Eliot escribió un inusual poema titulado “Jornada de los Magos”, donde recalca más la lucha que la alegría. Observando el Nacimiento de Cristo fue como “nuestra muerte”.
      “Volvimos a nuestros lugares, estos Reinos,
      Pero ya no a gusto aquí, en la antigua dispensa”
    • Nuestra jornada puede ser tanto libertadora como saludablemente perturbadora.
       
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