• Bienvenida

    • Bienvenidas/os a nuestro retiro de Cuaresma. Evidentemente, a un nivel, estas seis-y-media semanas representan el período en el cual nos preparamos para Semana Santa; pero, a otro nivel, algo sucede en este tiempo en nuestro mundo, algo profundo. Por un lado existe un masivo alejamiento de Dios; pero, al mismo tiempo, está presente una sed por algo real, algo que las principales Iglesias no parecen proveer. Deseo sugerirles que el Dios a quien la Europa secular ha abandonado, es una caricatura de Dios, no el verdadero; y que esa sed puede ser espresada con la ayuda de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. Eso es lo que estoy proponiendo, para ayudarte en el transcurso de este “retiro”, el que está dividido en seis “sesiones”, para seguirlas a lo largo de las seis semanas de Cuaresma.

      Hay algo más: el mundo entero ha sido sacudido por el realmente novedoso ejemplo del Papa Francisco, el que parece señalar algo muy importante, al llamar a este año el “Año de la Misericordia”. Al hacerlo, parece que nos está recordando, no del Dios “caricatura”, el que mira con furia nuestros desaciertos, sino que del Dios real, el que nos creó en amor y para el amor. Ése es el Dios que será la base de este retiro de Cuaresma.

  • Consejos Práticos

    Cómo seguir este Retiro
    • ¿Que vas a hacer si sigues este retiro? Déjame sugerirte tres consejos, válidos para cada semana, o cada “sesión”.

      En primer lugar, asegúrate seguirlo cada día, y trata de entregarle un buen tiempo.
      Mi sugerencia es que trates de seguirlo por 20 minutos; pero si encuentras que es mucho, escoge un tiempo menor. Lo importante es que cumplas con ese tiempo, y nunca menos, aunque sientas la tentación a hacerlo. Encontrarás que Dios no se queda corto en generosidad.
      En segundo lugar, sugiero que encuentres un “espacio sagrado” para tí, un lugar en el cual vas a orar cada día. Algunas personas lo hacen en el camino al trabajo durante la semana, y los fines de semana escogen tiempos más largos y contemplativos. Si esto te resulta, entonces hazlo así. ¿Puedes reservar un asiento en el metro o en el tren, donde no te molesten? O quizás tienes una habitación en tu casa que te puede servir, o incluso la iglesia cerca de tu casa o de tu oficina, donde puedes tener un espacio donde no te interrumpan.

      Entonces, cuando ingreses al espacio elegido, haz una señal que te indica que estás entrando en oración. Algunas personas gustan de hacer la señal de la Cruz, por ejemplo. Puedes también sólo cerrar los ojos e inclinar tu cabeza antes de comenzar, mientras le dices al Señor: “Éste tiempo es tuyo, Señor, y será Tu voluntad el llenarlo”

    • En tercer lugar, Ignacio desea que en cada tiempo de oración “pidamos lo que necesitamos”. Él está hablando de la especial Gracia que estamos buscando en cada sesión, y desea que la pidamos, con toda confianza. Cuando hagas esto, mi sugerencia es que te asegures que le pidas a Dios lo que realmente deseas, en lo más profundo de tu ser. Si así lo haces, entonces estarás buscando al Dios real, aquél que estamos buscando en este retiro.
    • Ejercicios de quietud
    • Ahora instálate, y quédate quieta/o. Hay muchas formas para hacerlo; unos se sientan en una silla, con los pies en el suelo y los ojos cerrados y en una posición cómoda que saben que podrán mantener en el tiempo completo escogido.

      O sólo podrás escuchar tu respiración, al inspirar y espirar, sin cambiar su ritmo, sólo entrando en el silencio y en la milagrosa y vivificadora acción de respirar hacia adentro y hacia afuera.

      Otra forma de quedarte quieta/o, es darte cuenta de los ruidos a tu alrededor, o incluso dentro de ti; cáptarlos suavemente y luego déjalos ir.

      Podrías hacer lo mismo con las emociones que sientes en ese momento: enojo, temor, satisfacción, felicidad, o una mezcla de todas ellas: sólo nómbralas, detéctalas, y luego déjalas ir.

      Entonces, cuando hayas llegado a la quietud, aunque sea por unos instantes, vuélvete hacia Dios y dile: “Aquí estoy; habla, Señor, tu sierva/o escucha”. O puedes adoptar otra forma de realizar la transición hacia el estado de oración.

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