• Quietud

    Para que estés más alerta en lo que vamos a reflexionar hoy.

    Antes que entremos en esta cuarta sesión del retiro de Cuaresma, toma un tiempo ahora con el objeto de quedarte quieta/o. Para que así, tu mente y tu cuerpo estén más alertas en lo que vamos a reflexionar hoy. Comienza escuchando el o los ruidos que sientes en tu alrededor, o quizás estás rodeado/a por el silencio. También trata de detectar el o los ruidos en tu interior, en tu cuerpo o en tu corazón. Cáptalos suavemente, observa cómo se sienten, tómalos con cariño y luego déjalos ir.
    Podrías hacer lo mismo con las emociones que sientes en ese momento: enojo, temor, satisfacción, felicidad, o una mezcla de todas ellas: sólo nómbralas, detéctalas, y luego déjalas ir.
    Entonces, cuando hayas llegado a la quietud, aunque sea por unos instantes, vuélvete hacia Dios y dile: “Aquí estoy Señor: habla, tu sierva/o escucha”.

     

  • Invitación

    “¿Quién es éste, que hasta los vientos y el mar le obedecen?”.

    El relato de Jesús expulsando los demonios en la tierra de Gadara, no sigue inmediatamente después del relato de la última sesión, la de la suegra de Pedro; Mateo ha colocado entremedio de ambos relatos, un encuentro de Jesús con dos potenciales discípulos, a los cuales Jesús no los entusiasma mucho. Al primero le dice que “El Hijo del Hombre ni siquiera tiene donde recostar la cabeza”, mientras que el segundo le hace un pedido muy razonable: “deja que me vaya a enterrar a mi padre”. Recibe la respuesta: “deja que los muertos entierren a los muertos”. A este relato le sigue aquel en que Jesús calma la tempestad, y el duro comentario de Jesús por ser tan cobardes, y lo que ellos piensan: “¿Quién es éste, que hasta los vientos y el mar le obedecen?”. ¿Puedes tú preguntarte eso mismo? ¿Qué clase de persona es? Ahora nuestro relato comienza, y Jesús se dirige a la tierra de Gadara.

  • Escritura

    LECTURA

    Mateo 8:28-34

    Cuando Jesús llegó a la otra orilla, a la región de los gadarenos, fueron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros. Eran tan feroces, que nadie podía pasar por ese camino. Y comenzaron a gritar: "¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?" A cierta distancia había una gran piara de cerdos paciendo. Los demonios suplicaron a Jesús: "Si vas a expulsarnos, envíanos a esa piara". Él les dijo: "Vayan". Ellos salieron y entraron en los cerdos: estos se precipitaron al mar desde lo alto del acantilado, y se ahogaron. Los cuidadores huyeron y fueron a la ciudad para llevar la noticia de todo lo que había sucedido con los endemoniados. Toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, al verlo, le rogaron que se fuera de su territorio.

  • Reflexión

    El Papa Francisco ha escogido este año como el Año de la Misericordia, para que nosotras/os también podamos ser misericordiosas/os con los demás
    • • Nos damos cuenta que, a diferencia de Marcos, hay dos poseídos por demonios, no uno. Mateo hace esto de nuevo con el ciego de Marcos, posiblemente porque en el Antiguo Testamento se necesitan dos personas como testigos. ¿Hace alguna diferencia que Mateo nos presente dos endemoniados? Estos dos vienen desde las “tumbas”: ahí es donde ellos viven, y representan una amenaza a la humanidad. Mateo los describe como “muy difíciles” y comenta que “nadie podia cruzar por ese lugar”. ¿Cuál es el significado de las “tumbas” y que “nadie podia cruzar por ese lugar, piensas tú?
      • Sorprendentemente, sin embargo, los demonios se dirigen a Jesús correctamente, llamándolo “Hijo de Dios”. ¿Están correctos los demonios al llamarlo “Hijo de Dios”? ¿Cómo lo sabían?
      • También le preguntan “¿qué tenemos que ver nosotros?”, haciendo eco de lo que la viuda de Sarepta le dijo al profeta Elías cuando su hijo murió, en 1Reyes 17:7. Los demonios acusan a Jesús: “Tú has venido antes del tiempo anunciado” (o puede ser una pregunta: ¿has venido antes del tiempo anunciado?) para atormentarnos”. Por supuesto, eso es lo que hacen los demonios: atormentan a los seres humanos, y la acción de Dios y de Jesús es, con su misericordia sanadora, poner fin a esos tormentos. ¿Es la tarea de Jesús atormentar a los demonios? ¿Qué quieren decir con “el tiempo anunciado”? El Papa Francisco ha escogido este año como el Año de la Misericordia, para que nosotras/os también podamos ser misericordiosas/os con los demás. ¿Hay algún demonio que te impida hacer esto?

       

  • Habla con Dios

    , ¿puedes pedir a Dios cualquier cosa que necesites para poder continuar con tu jornada?
    • • Mateo nos ofrece un detalle inesperado de su narrativa: “una gran piara de cerdos paciendo”. Por supuesto, éstos eran animales impuros para la cultura hebrea; pero estaban alimentándose como todos los días. Luego, inesperadamente, llega una petición de los demonios; es claro que ellos saben que han perdido la batalla y la guerra, y tratan de llegar a un acuerdo: “Si vas a expulsarnos, envíanos a esa piara” ¿Por qué crees que los demonios eligen a los cerdos?
      • Jesús está sin duda a cargo, y les dice: “Vayan”. Entonces Mateo nos dice que: “Ellos salieron y entraron en los cerdos: estos se precipitaron al mar desde lo alto del acantilado, y se ahogaron”. Ahora no serviría llamar a la Sociedad Protectora de Animales a reclamar por esto, porque significa nada menos que el fin de los demonios. ¿Ha existido un momento en tu vida cuando has experimentado que Jesús está sin duda a cargo de una situación?
      • Aunque no consideres gracioso ver a todos los cerdos precipitándose al mar de Galilea, una audiencia judía vería sólo humor en los cerdos cayendo al agua, y, posiblemente, destruyendo a los demonios en el proceso. El relato nos invita a pensar en el estado de los dos hombres que habían sido poseídos por los demonios. ¿Cómo crees que se habrían sentido? ¿Agotados? ¿Choqueados? ¿Liberados?
      • Ahora observa la reacción: “Toda la ciudad salió al encuentro de Jesús”, lo que parece bien. Pero ellos no han salido a aplaudir a Jesús, porque los evangelistas nos dicen que “le rogaron que se fuera de su territorio”. ¿Por qué los habitantes de Gadara estaban tan incómodos con Jesús, que querían que se fuera? ¡Te has sentido así alguna vez?

      Reflexiona en cualquier cosa que sientas al reflexionar sobre estas preguntas. Preséntale al Señor tus sentimientos; quizás te parezcan inestables e inconfortables.

      Ahora que estamos más allá de la mitad de nuestro Retiro de Cuaresma, ¿puedes pedir a Dios cualquier cosa que necesites para poder continuar con tu jornada?

Inicio