Recuerda el desarrollo de este Retiro

Recuerda las seis sesiones de este Retiro y busca los lugares en que el Señor te habló en tus oraciones.

Hemos llegado al final de nuestro Retiro de Cuaresma, y una buena forma de verlo en conjunto, es hacer lo que los jesuitas, liderados por San Ignacio, llaman un “Exámen”. Es una oración en la cual miras hacia atrás (generalmente las últimas 24 horas), y te preguntas dónde ha estado Dios en ese tiempo. Lo que ahora sugiero es mirar hacia atrás las seis sesiones de este Retiro (o las sesiones que hayas podido seguir), y ver si puedes detectar los lugares en que el Señor te habló en oración. A veces sólo podemos verlo mucho más adelante, y no inmediatamente.

En la Sesión 1, observamos cómo Jesús limpió al leproso, lo que sucedió a continuación del Sermón de la Montaña. Tal como la multitud, pero no como los líderes religiosos, recuerda que el leproso entendió a Jesús, y “comenzó a adorarlo”. Los leprosos, en esa sociedad, eran absolutamente proscritos; pero Jesús no se preocupó lo más mínimo por eso, y “lo tocó”. Y el leproso sanó. ¿Puedes recordar lo que sentiste cuando Jesús se acercó al leproso y lo tocó? ¿Estaba Dios, en ese momento, para tí?

En la segunda Sesión, vimos a Jesús sanando al hijo del centurión. Observamos lo extraño que era el hecho que un centurión, que no creía en Dios, se acercara a Él, y cómo Jesús quedó admirado de su fe, y cómo la sanación sucedió inmediatamente, y a distancia.
Cuando oraste esta sesión, ¿recordaste alguna ocasión en que experimentaste la sanación misericordiosa de Dios? ¡Qué fue lo que sentiste? 

La suegra de Simón Pedro fue nuestro tema de sanación en la Sesión 3. Vimos cómo el pequeño grupo se dirigió a casa luego del servicio del Sabath en la Sinagoga; fuimos presentados a la suegra, enferma en cama, una mujer (seguramente en el recinto para mujeres), en peligro de muerte, por lo que estaba ritualmente impura por lo menos por dos causas. Vimos que, a pesar de esto, Jesús la tocó, y ella fue “levantada” y comenzó a servirles.
Recuerdas cómo te sentiste cuando escuchaste este extraordinario relato? ¿Estaba Dios ahí en ese momento?

En la Sesión 4, nos encontramos con los endemoniados de Gadara. Vimos que los dos hombres, que estaban poseídos por demonios, salían de las tumbas, lo que era una fuerte y clara amenaza a la humanidad. Jesús, por el contrario, estuvo autoritario, calmado, y los dejó que hablaran. Luego, después de la dramática petición, y lo que le sucedió a los cerdos, los habitantes de Gadara desearon que Jesús se fuera de la ciudad.
¿Recuerdas cómo te sentiste cuando oraste esta Sesión? ¿Sentiste alguna simpatía por los habitantes que querían que Jesús se fuera? ¿Qué deseas decir a Jesús, ahora?

En la Sesión 5, nos imaginamos estar presentes en la escena en que Jesús sanaba al paralítico. Vimos cómo Jesús llegó de Gadara en una barca, y cómo “ellos” le llevaron a un paralítico en una camilla. Nos asombramos cuando Jesús le dijo “tus pecados han sido perdonados”. Esto indignó a los líderes religiosos que estaban presentes – ellos pensaron que había dicho una “blasflemia” (una acusación que causaba la muerte). Entonces Jesús, para demostrar su poder, le dice al paralítico “levántate, toma tu camilla y vete a casa”. ¡Y el paralítico lo hizo! El relato nos dice que la gente que estaba presente “quedó muy impresionada”
¿Cómo te sentiste al escuchar las palabras “Tus pecados son perdonados”, o “toma tu camilla y camina? ¿O cuando los enemigos de Jesús lo acusaron de blasfemia?

Y finalmente, en la Sesión 6, vimos dos relatos, enlazados entre ambos. En uno estaba el oficial cuya hija había muerto, y una mujer que sufría un desorden menstrual por más de doce años. Ambas mujeres fueron sanadas instantáneamente, a pesar de las multitudes y de los reclamos.
¿Cómo te sentiste al ver a estas dos mujeres recuperadas? ¿Qué piensas que Dios te estaba diciendo?

Ahora recuerda toda la jornada de esta Cuaresma, de “sanación y misericordia”, y trata de recordar el impacto que tuvo en tu persona.

¿Encuentras que los relatos de las Escrituras “se volvieron reales”, y hablaron sobre circunstancias de tu vida?

¿Qué piensas sobre lo que Dios puede haberte estado diciendo en estas seis Sesiones?

La Cuaresma está terminando. ¿Cómo piensas que el Señor te está invitando a continuar en esta jornada?
 

 

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