Quietud
Trata de estar atento al hecho que Dios está cerca, ahora en tu interior, instalándose en tu corazón.
A lo largo de unos pocos momentos de quietud, instálate en una posición confortable. Deja que tu ser interior permanezca en silencio, y escucha atentamente los diferentes sonidos que te rodean, junto a tu voz interior. Quizás puedas escuchar los latidos de tu corazón. A medida que te relajes en esta escucha, trata de estar atento al hecho que Dios está cerca, ahora en tu interior, instalándose en tu corazón.
Escritura
Lucas 1:11-16
Lucas1:11-16
Y se le apareció un ángel del Señor, puesto en pie a la derecha del altar del incienso. Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor. Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Isabel te dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Juan.
Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. Y hará que muchos de los hijos de Israel volverán al Señor, su Dios.Reflexión
A menudo necesitamos silencio para poder escuchar la verdad.
- Quizás qué forma tenia este ángel, pues Zacarías se aterrorizó. Zacarías era una persona a la vez honorable y avergonzada. No había aún engendrado un hijo, y la gente se había burlado tanto de él como de su mujer. Pero era un honor poder entrar al Tabernáculo del Templo, el lugar más sagrado. Hoy significaría ser elegido como el principal celebrante de una importante liturgia, o ser el sacristan en jefe! Cuando Zacarías vio al ángel, el terror se apoderó de él. Pero todavía era capaz de escuchar las palabras del ángel sobre la alegría. Por lo menos pudo escuchar y poner atención.
- Más adelante, Zacarias dudó que él e Isable podrían engendrar un hijo. A diferencia de María – que se atemorizó pero no dudó – fué castigado por dudar y se quedó mudo. Fue reducido al silencio, y en ese silencio escuchó la verdad, y la guardó en su corazón hasta que pudo nombrar a su hijo. A menudo necesitamos silencio para poder escuchar la verdad. Es curioso que en inglés, las palabras “listen” (escucha) y “silent” (silencio) tengan exactamente las mismas letras!
- La oración de Zacarías había sido escuchada. Sabía que tendría un hijo, Juan el Bautista, que anunciaría al Salvador y prepararía Su camino, por medio de “volver la gente hacia Dios”. Aunque por el momento tuvo que guardar su santo secreto en su corazón, la alegría de comunicarlo llegaría después. Nuestro silencio de Adviento, cuando elegimos tomarnos un tiempo, lejos de las preparaciones festivas, para escuchar a Dios, aumentará la alegría de la Navidad en nuestros corazones.
Habla con Dios
Dios puede ser encontrado en nuestra vida diaria, en el lugar donde vivimos, en los sonidos de la gente y de la naturaleza.
- El Señor toma el nombre que mis padres me dieron al nacer, y me llama con ese nombre. Ellos me dieron un nombre que durará a lo largo de mi vida terrenal y luego en toda la eternidad. El Señor lo santifica: “Escribiré en tí el nombre de mi Dios… y mi propio nuevo nombre.” (Revelación 3:12). Dios me conoce por ese nombre. Ese nombre es mío. Los nombres de todos son sagrados. ¿Cómo tu nombre ilumina tu identidad? – ¿es el nombre de un antepasado, de un santo, de alguien popular en la fecha que naciste?
- Me tomo unos momentos de silencio. Puedo escuchar a Dios, que desea hablar a mi corazón. Dios puede ser encontrado en nuestra vida diaria, en el lugar donde vivimos, en los sonidos de la gente y de la naturaleza. Puedo sentir Su presencia en mi corazón, cuando aquieto mi mente y silencio mi voz. El mismo Jesús a menudo fue a un lugar tranquilo y ahí orar en silencio. Ahí encontró fuerzas renovadas, para compartir, con todos los que encontraba, la plenitud de su vida con el Padre.
- Zacarías e Isabel oraron por largo tiempo para tener un hijo. Quizás ya habían dejado de insistir. ¿Puedo yo mantenerme fiel en mi oración, sabiendo que siempre habrá una respuesta, y que esa respuesta puede tomar su tiempo en llegar, o llegar en una forma inesperada? Como alguien maravillado dijo: “No obtuve nada de lo que pedí, y todo lo que necesitaba”.