• Quietud

    Cuando la imagen esté lo más clara posible, quédate con ella, y detecta lo que sientes.
    • • Nuestra memoria nos puede proveer otro camino hacia la quietud que buscamos, al iniciar una nueva sesión de oración. Trata de recordar un lugar y un tiempo en el que te has sentido quieto y seguro. Al recordarlo, trata de visualizar el mayor número de detalles. ¿Donde fue el lugar? ¿Por qué estabas ahí? ¿Qué estabas haciendo? ¿Había alguien más contigo? Deja que la imagen del lugar se forma en tu mente.

      • Cuando la imagen esté lo más clara posible, quédate con ella, y detecta lo que sientes. Lo que sentías cuando estabas en el lugar, y lo que sientes al recordarlo.

      • Ahora, prepara tu corazón para escuchar la lectura de hoy, del Libro del Génesis…

  • Escritura

    Génesis 21:8–20

    Y creció el niño, y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete el día que fue destetado Isaac. Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac.
    Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo. 
    Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo.
    Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia.
    Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente.
    Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba.
    Y le faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un arbusto,
    y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró.
    Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.
    Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación.
    Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho.
    Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto, y fue tirador de arco.

  • Reflexión

    Trata de imaginar los sentimientos de Agar, al momento en que ella es enviada, junto a su hijo, al desierto.
    • • Agar e Ismael comienzan éste relato, seguros en la casa de Abraham. La evidencia sugiere que eran amadas y cuidados por él. Pero luego la esposa de Abraham, Sara, se vuelve celosa y pide que ambos sean expulsados. Trata de imaginar los sentimientos de Agar, al momento en que ella es enviada, junto a su hijo, al desierto.
      • Rápidamente el alimento y el agua se les termina. Ella se desespera, y espera la muerte. ¿Te puedes sentar a su lado, en ése terrible momento de su jornada?
      • Súbitamente, cómo dice el relato, con sus ojos abiertos por Dios, ella ve un pozo de agua, y su suerte se resuelve. ¿Cómo se ve esta escena, para ella, para su hijo Ismael, y para tí, como un observador?
      • Ismael crece hasta ser adulto en el desierto, un hombre adaptado a su entorno y capaz de encontrar ahí todo lo que necesita. ¿Qué clase de persona imaginas que es, para ser capaz de sobrevivir en un entorno tan desafiante?
  • Habla con Dios

    Somos invitados a reconocer a Dios, trabajando en estos sucesos, cumpliendo las promesas que ha hecho.
    • • Quizás, en esta parte de las oraciones que estimulan la conversación, podrías tomar unos momentos para conversar con cada uno de los personajes, preguntándoles la razón de porqué reaccionaron así, y cómo se sentían al hacerlo. ¿Podrías comenzar con Sara, la esposa de Abraham, la que exige que Agar y su hijo sean expulsados al desierto?

      • Luego podrias conversar con Abraham. Parece que fue obligado a elegir entre éstas dos mujeres y los dos hijos que él había concebido. ¿Qué piensa Abraham de esa situación?

      • En éste corto relato, la partida de Agar se nos presenta con altos y bajos. ¿Qué te gustaría decirle, en los diferentes momentos que ella enfrenta?

      • Y qué pasa con Ismael, el joven capaz de encontrar su camino a través del desierto? ¿Cómo sería acercarse a él, algunos años después de estos eventos, y escuchar lo que piensa?

      • Finalmente, somos invitados a reconocer a Dios, trabajando en estos sucesos, cumpliendo las promesas que ha hecho. Habla, entonces, con Dios sobre todo lo que has visto en éste tiempo de oración.

Inicio