• Quietud

    Permite que el método elegido te guíe a un punto de paz y quietud, en el cual podrás estar atento a todo lo que Dios desee hacer y decir.
    • • Si has participado en éste retiro hasta esta sesión, ya has experimentado diferentes técnicas para entrar en una quietud profunda. Escuchando los sonidos que te rodean. Estar atento a las sensaciones de tu cuerpo. Darte cuenta del ritmo de tu respiración. Sólo quedándote quieto, o recordar momentos o lugares de quietud. Al comenzar a orar hoy día, solo elige uno de esos métodos – quizás el que pareció que resultó mejor.

      • Toma unos breves momentos de silencio, para permitir que el método elegido te guíe a un punto de paz y quietud, en el cual podrás estar atento a todo lo que Dios desee hacer y decir.

  • Escritura

    Isaías 35: 1-7

    Que se alegren el desierto y la tierra seca, que con flores se alegre la pradera. Que se llene de flores como junquillos, que salte y cante de contenta, pues le han regalado el esplendor del Líbano y el brillo del Carmelo y del Sarón. Ellos a su vez verán el esplendor de Yavé, todo el brillo de nuestro Dios. Robustezcan las manos débiles y afirmen las rodillas que se doblan.
    Díganles a los que están asustados: “Calma, no tengan miedo, porque ya viene su Dios a vengarse, a darles a ellos su merecido; él mismo viene a salvarlos a ustedes.”
    Entonces los ojos de los ciegos se despegarán, y los oídos de los sordos se abrirán, los cojos saltarán como cabritos y la lengua de los mudos gritará de alegría. Porque en el desierto brotarán chorros de agua, que correrán como ríos por la superficie. La tierra ardiente se convertirá en una laguna, y el suelo sediento se llenará de vertientes. Las cuevas donde dormían los lobos se taparán con cañas y juncos..."

  • Reflexión

    Dios ha programado para nosotros un futuro lleno de esperanza. El desierto florecerá y el sufrimiento humano llegará a su fin.
    • • Los textos con los que hemos orado en éste retiro, nos han dicho muchas cosas; en especial dos aspectos sobre el desierto. El primero es que es un lugar para acudir si deseas encontrar a Dios. Jesús y Moisés, Agar e Ismael, Oseas e Isaías, y todo el pueblo de Israel; todos encontraron a Dios en éste lugar aparentemente abandonado. A medida que entras más profundamente en éste tiempo de oración, no olvides que te acompañan tantos otros que han recorrido esta misma jornada.

      • Lo otro que hemos visto, es que el desierto no es un lugar agradable para estar. El pueblo de Israel se rebeló, Agar se desesperó, y Jesús fue tentado por el demonio. Podrías pensar, por un momento, en el desierto como una imagen de los aspectos desafiantes de tu propia vida.

      • En el texto de hoy, se nos promete que estos desafíos no tendrán la última palabra. Dios ha programado para nosotros un futuro lleno de esperanza. El desierto florecerá y el sufrimiento humano llegará a su fin. Antes de responder, asegúrate que has realmente escuchado esas promesas.

      • ¿Cómo han actuado esas promesas en tu propia vida? ¿Qué pasaría si fueras capaz de decir “Dios me ha dado todo lo que prometió”

  • Habla con Dios

    ¿Eres capaz de pedir a Dios que te envíe por ese camino, llevando su mensaje de esperanza?
    • • ¿Las promesas de éste texto te llenan de alegría y esperanza? ¿Te parecen demasiado buenas para ser verdad? Toma unos momentos para responder al Dios que asegura que tú mismo verás su Gloria en esta forma.
      • Aquí y ahora, en la Presencia de Dios, nombra las áreas desérticas de tu vida: las relaciones rotas, las esperanzas incumplidas, los repetidos fracasos. Pregunta a Él cómo enfrentar estas áreas, tal como Él ha enfrentado el desierto en estos textos.

      • Este relato nos presenta el plan de Dios, e invita a los que lo escuchan, a comunicar estas buenas nuevas a aquellos que necesitan escucharlas. ¿Eres capaz de pedir a Dios que te envíe por ese camino, llevando su mensaje de esperanza? ¿Quiénes son esas personas que tú crees que más necesitan escucharlas?

      • Como ésta es la oración final de este retiro, termina agradeciendo a Dios por todo lo que has recibido en este tiempo de oración.

Inicio