Introducción

Como ayuda y guia en tus oraciones de este Adviento, nos hemos enfocado en el Prólogo del Evangelio de Juan. Este Evangelio es leído en la Misa de la mañana del día de Navidad. El símbolo de este Evangelio es el águila, esta ave de aguda mirada, que vuela alto. A lo largo de este Retiro, estás invitada/o a observar, con una mirada aguileña, el “ancho escenario” que es tu vida.

En su Prólogo, Juan nos dice que “la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”. No hace mucho tiempo, los católicos se arrodillaban cuando decían estas palabras. Era la articulación completa del mensaje cristiano que celebramos en cada Navidad. Es una profunda afirmación. La eternal divinidad desgarra los tiempos y se instala entre nosotros. Dios crea un lugar “habitable” con nosotros, “puso su tienda entre nosotros”. Dios se acerca a nosotros por medio de la venida de su Hijo. Dios es con nosotros en cada paso de nuestras vidas, en tiempos de alegría y en tiempos de dolor. La venida de Mesías al mundo, nos ayuda a ver la infinita bondad de Dios y Su cercanía a nosotros.

Este Retiro te ofrece la oportunidad de tomarte un tiempo de tus ocupaciones, para así buscar una renovada toma de conciencia de la Presencia de Cristo en tu vida, y de su proximidad a tu persona. Te invita a profundizar tu relación con Él; a darle tu bienvenida en esta Navidad, en una forma nueva, y no temer que llegues a irradiar la luz de su Amor.
En su Exhortación Apostólica “Regocíjense y estén alegres”, el Papa Francisco nos dice que “la lectura en oración de la Palabra de Dios … nos permite hacer una pausa y escuchar la voz del Maestro”. Cuando lo hacemos, encontramos “una lámpara para nuestros pasos y una luz para nuestro camino”.

Mientras oras con el material que aquí te presentamos, y reflexiones sobre el Evangelio, esperamos que llegues a estar más consciente de Dios trabajando en tu vida.

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