• Introducción

    • Encontramos nuestro ser verdadero a través de la relación con Dios. Dios nos conoce y nos ama verdaderamente, más que la forma en que nos conocemos y nos amamos. La invitación para la oración de hoy es que permitamos a Dios decirnos quiénes somos. Dios observa todo lo que Dios hizo en nosotros, y lo encuentra muy bueno.

  • Quietud

    • • Al comenzar esta sesión, toma consciencia de lo que “llevas contigo”: en tu cuerpo, en tu mente y en las memorias de hoy. Observa si puedes ponerlas todas a los pies de Jesús, sabiendo que Él carga con todas ellas. 
      • Permite a tu cuerpo que se relaje, y a tu mente que deje de lado sus preocupaciones, por lo menos por ahora.
  • Reflexión

    • • Tanto Ignacio como María Ward encontraron a Dios en los momentos dramáticos de sus vidas; pero también encontraron el “Dios de todos los días”, el Dios de las pequeñas cosas y de los aspectos ordinarios de nuestra vida humana.
      • El poeta jesuita Gerard Manley Hopkins escribió: “Lo saludo los días en que lo encuentro, y lo bendigo cuando comprendo”. Bendecimos cuando comprendemos; pero a menudo no nos damos cuenta de ese “Dios de todos los días”, porque estamos muy ocupados buscando lo extraordinario. Desarrollando una apertura contemplativa al Dios presente en todas nuestras experiencias, se encuentra la forma de comprenderlo mejor.
      • En un momento difícil de su vida, María Ward miró en un espejo, y fue abrumada por la sensación de la Gloria de Dios. La Gloria de Dios puede que no sea lo primero que uno observa al mirar en un espejo; pero San Ireneo escribió: “La Gloria de Dios es un ser humano vivo; y la vida de un ser humano consiste en contemplar a Dios”. ¿Cómo crees que Dios se siente cuando te observa?
      • Esto es lo que el Profeta Isaías nos dice:
  • Isaías 43:1-5

    "Y ahora, así te habla Yavé, que te ha creado, Jacob, o que te ha formado, Israel. No temas, porque yo te he rescatado; te he llamado por tu nombre, tú eres mío.
    Si atraviesas el río, yo estaré contigo y no te arrastrará la corriente. Si pasas por medio de las llamas, no te quemarás, ni siquiera te chamuscarás.
    Pues yo soy Yavé, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Para rescatarte, entregaría a Egipto, Etiopía y Saba, en lugar tuyo.
    Porque tú vales mucho a mis ojos, yo doy a cambio tuyo vidas humanas; por ti entregaría pueblos, porque te amo y eres importante para mí.

    No temas, pues, ya que yo estoy contigo. Del Este haré venir a tu descendencia, y del Oeste te reuniré."

  • Reflexión

    • • Dios te dice estas palabras personalmente. No existe experiencia humana, buena o mala, en la que Dios no esté presente. Dios desea ser encontrado. ¿Ha habido unos momentos recientes, en que has sentido la presencia amorosa de Dios? Vuelve a ella y saboréala, si puedes
      • Quizás has estado en momentos cuando Dios parece estar ausente de tu vida. Escucha estas palabras de nuevo: “Eres precioso a mi vista, y honrado, y te amo”. ¿Puedes escuchar a Dios decir esto cuando estás en dificultades?
  • Conversación

    • • Ignacio y María Ward aprendieron a dejar de lado hasta sus sueños más queridos, y a entregar a Dios la iniciativa de sus vidas. ¿Qué puede ser lo más difícil para tí, al hacer esto? ¿Cuál crees que es el sueño de Dios para ti?

      •  Ignacio nos incentiva a orar, en y a través de nuestros cuerpos y nuestros sentidos. Trata de hacer esto para tí, y observa lo que sucede.

      • Quizás hay un dolor que llevas en tu cuerpo físico, o en tus memorias. San Agustín escribe sobre el deseo, diciendo que, aunque aún no podemos ver lo que deseamos en Dios, el propio hecho de desear nos da la capacidad de recibir la gracia que Dios está ofreciendo. ¿Qué gracia estás deseando profundamente ahora? Pide a Dios por ella, al terminar esta sesión

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