Introducción
• Tanto María Ward como Ignacio, encontraron que su amistad con Jesús cambiaba la forma en que ambos pensaban de sí mismos. Todas nuestras relaciones cambian de una u otra forma, y esta relación nos transforma principalmente, al ayudarnos a crecer en amor y libertad.
Quietud
- Al comenzar este tiempo de un encuentro en oración con Jesús, solicitamos la gracia de enfocarnos y permanecer quietos. En tu mente, pon todas tus esperanzas y deseos al frente de ti, y cualquier problema o distracción detrás de ti.•
- Enfócate en lo que está delante de tí, y aspira el Espíritu de Dios, el que desa llenar todo tu ser
Escritura
Lucas 5:4-11
En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca.
Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: «Navega mar adentro, y echen las redes». Simón le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes». Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: «Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador». El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: «No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres». Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.Reflexión
- • En los Ejercicios Espirituales, Ignacio escribe que las más importantes cualidades de alguien que busca a Dios, son la sinceridad, la generosidad y la valentía. Le pedimos a Dios que nos lleve al lado de Jesús, de modo que podamos encontrar la forma de responder al amor que al comienzo nos creó, y al amor que ahora nos envuelve con total cariño y preocupación…
• Puede haber apegos desordenados, que nos impiden aceptar totalmente cuánto nos ama Jesús, y poder experimentar ese amor. Puede haber algo al que estamos atados compulsivamente. Pero también podemos tener heridas profundas desde nuestra vida anterior. Podemos haber aprendido a juzgarnos en un interminable “coro de desaprobación”. A veces, el dejar ir a ciertos apegos desordenados, significa encontrar la valentía de aceptar ser sanados de todo lo que es tóxico y destructivo en nuestras vidas, y aprender a ser más misericordiosos con nosotros mismos.• En los Evangelio, vemos a Pedro aprendiendo, a través de ensayar y equivocarse, a dejar irse a sus apegos. Fue finalmente sanado cuando aprendió a aceptar su pobreza interior y el amor firme y sólido de Jesús hacia él, a pesar de todo eso. Ahora lo escuchamos en el Evangelio de Lucas...
- • En los Ejercicios Espirituales, Ignacio escribe que las más importantes cualidades de alguien que busca a Dios, son la sinceridad, la generosidad y la valentía. Le pedimos a Dios que nos lleve al lado de Jesús, de modo que podamos encontrar la forma de responder al amor que al comienzo nos creó, y al amor que ahora nos envuelve con total cariño y preocupación…
Conversación
- Puedes imaginar esta escena con Pedro? Quizás recordarás otros encuentros de él con Jesús; cuando ve a Jesús caminando sobre el agua; cuando Pedro rechaza que Jesús le lave los pies; cuando promete a Jesús que morirá por Él, y después lo negó.
- Qué crees que fue para Pedro el hecho de amar tanto a Jesús, y a la vez fallarle tantas veces? Y cómo se sintió cuando Jesús lo seguía amando?
- Quizás hay algo que deseas decir ahora, sobre tu amor a Jesús, o tu necesidad de sanación. Abre tu corazón a Él y háblale como a un amigo, mientras terminamos con esta sesión de oración.