La Presencia de Dios
Hago una pausa, por un momento
y reflexiono sobre la Presencia vivificadora de Dios
en todo mi cuerpo, en todo mi alrededor,
en la totalidad de mi vida.
Hago una pausa, por un momento
y reflexiono sobre la Presencia vivificadora de Dios
en todo mi cuerpo, en todo mi alrededor,
en la totalidad de mi vida.
Si Dios estuviera tratando de decirme algo, lo notaría?
Si Dios me aconsejara o me desafiara, me daría cuenta?
Pido la gracia de librarme de mis preocupaciones,
y estar atenta/o a escuchar lo que Dios me diga...
¿Dónde encuentro, en mi vida, los espacios para la esperanza, el entusiasmo y el crecimiento? Al mirar hacia atrás en los últimos meses, yo podría ser capaz de ver cuales ocasiones y actividades me aportaron esos frutos. Si las encuentro, me propongo entregarles el tiempo y el espacio que necesiten, de aquí en adelante.
En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: "Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?" Jesús les contestó: "¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. LLegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán. Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto viejo; porque la pieza nueva tira del manto viejo, y deja una rotura peor. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revientan los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos."
Que sentimientos surgen en mí al orar y reflexionar sobre la Palabra de Dios?
Me imagino a Jesús mismo sentado o de pie, cerca mío, y le abro mi corazón.
Gloria al Padre,
Gloria al Hijo,
Gloria al Espiritu Santo,
como era en el principio,
es ahora, y siempre será,
por los siglos de los siglos
Amen
Si apreciaste esta Oración Diaria, y tienes alguna sugerencia o reflexión, estaremos muy contentos de conocerlas.