La Presencia de Dios
Mientras estoy frente a mi computador, Dios está presente, a mi alrededor, en mis sensaciones, mis pensamientos y mi ser profundo; hago una pausa y tomo conciencia de su Presencia y su Amor.
Mientras estoy frente a mi computador, Dios está presente, a mi alrededor, en mis sensaciones, mis pensamientos y mi ser profundo; hago una pausa y tomo conciencia de su Presencia y su Amor.
Hay muy pocas personas que se dan cuenta lo que Dios haría en ellas si se abandonaran totalmente en sus manos, y se dejaran formar por su Gracia (San Ignacio).
Ruego por la gracia de confiar totalmente en el amor de Dios.
Ayúdame, Señor, a estar más consciente de Tu Presencia.
Enséñame a reconocerla en los demás.
Llena mi corazón de gratitud por las veces que tu Amor se me ha mostrado a través del cariño de mis acompañantes.
Pasado algún tiempo, celebraban los judíos una fiesta, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la puerta de los Rebaños, una piscina llamada en hebreo Betesda, con cinco soportales. Yacía en ellos una multitud de enfermos, ciegos, cojos y lisiados, que aguardaban a que se removiese el agua. Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús lo vio acostado y, sabiendo que llevaba así mucho tiempo, le dice: ¿"Quieres sanarte"? Le contestó el enfermo: "Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua. Cuando yo voy, otro se ha metido antes". Le dice Jesús: "Levántate, toma tu camilla y camina". Al punto se sanó aquel hombre, tomó su camilla y echó a andar. Pero aquel día era sábado; por lo cual los judíos dijeron al que se había sanado: "Hoy es sábado, no puedes transportar tu camilla". Les contestó: "El que me sanó me dijo que tomara mi camilla y caminara". Le preguntaron: ¿"Quién te dijo que tomaras tu camilla y caminaras"? El hombre sanado no sabía quién era, porque Jesús se había retirado de aquel lugar tan concurrido. Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice: "Mira que te has sanado. No vuelvas a pecar, no te vaya a suceder algo peor". El hombre fue y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Por ese motivo perseguían los judíos a Jesús, por hacer tales cosas en sábado.
Recordando que estoy en la Presencia de Dios,
imagino al mismo Jesús, de pié o sentado a mi lado,
y le digo lo que esté en mi mente, y en mi corazón,
hablando como de un amigo a otro.
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo,
Como era en un principio,
es ahora y siempre será,
por los siglos de los siglos
Amén
Si apreciaste esta Oración Diaria, y tienes alguna sugerencia o reflexión, estaremos muy contentos de conocerlas.